Hay muchos métodos de limpieza de hígado que se pueden elegir, e incluso el más simple ha demostrado tener éxito. El principio básico de la limpieza del hígado es siempre el mismo; no comer alimentos grasos al menos durante la mayor parte del día, y posteriormente beber de media a dos tazas de aceite de oliva o de cualquier aceite sin refinar. El aumento de aceite en los intestinos provoca una reacción explosiva de la vesícula biliar.