El nuevo tren bala japonés unirá Tokyo y Nagoya en el 2027 en unos 40 minutos, alcanzando velocidades máximas de 500 kilómetros por hora. Mientras tanto, el prototipo ya ha batido el record mundial de velocidad ferroviaria, superando los 600 kilómetros por hora y manteniendo esa velocidad punta durante 11 segundos. Y la clave está, precisamente, en no tocar los raíles. La tecnología SCMaglev se basa en la suspensión electrodinámica, un fenómeno físico que se produce al provocar un campo magnético de repulsión entre dos objetos, que los mantiene separados.