Ya en 1973 Francis Crick (co-descubridor del ADN y ganador del premio Nobel), afirmaba que “el ADN humano fue pensado, y su complejidad no puede ser otra cosa que la ingeniería de una o más civilizaciones no humanas.” (Revista Icarus, vol.19). Es decir que, según él, la complejidad del ADN humano no podría explicarse sin la intervención de múltiples razas en la construcción del genoma humano original.