La transparencia salarial brilla por su ausencia en el entorno laboral español. Este secretismo no hace sino fomentar desigualdades y la vergonzosa brecha salarial de género. Pregúntele a un amigo a qué partido votó en las pasadas elecciones y compruebe, mediante el nivel de ambigüedad de su respuesta, el grado de confianza de su amistad. Saque el tema del sexo en medio de una cena desenfadada y sabrá, por las intervenciones de los asistentes, el grado de intoxicación etílica de cada uno de ellos.