La decisión de una mujer de tener hijos o no es muy personal. ¿No debería de ser asunto sólo de ella y/o de su pareja? De acuerdo con el reconocido y controversial psicólogo, Satoshi Kanazawa, por cada 15 puntos de IQ que suma una mujer, su deseo de tener hijos disminuye un 25 %. ¿Esto significa que las mujeres más inteligentes están dispuestas a no heredar sus genes?
De acuerdo al estudio, publicado por el London School of Economics, entre más educación tenga una mujer menor será su deseo de ser madre.
Sin embargo, el estudio ya ha recibido varias críticas y cuestionamientos por enfocarse únicamente en hechos evolutivos y clasificar a las mujeres y hombres sólo como "organismos vivos", cuando realmente somos mucho más que eso. Tomamos decisiones, resolvemos problemas, contamos historias, tenemos moral, juicio y somos millones de cosas más. Por ello resulta un poco injusto, y de poca perspectiva, clasificar a las personas sólo como seres reproductivos, cuando la decisión de tener hijos podría ser mucho más compleja.
El estudio de Kanazawa indica también que la inteligencia general de una persona depende en gran parte de cómo la hereda y de los genes en su cromosoma X. "Los hombres heredan su inteligencia general sólo de sus madres, mientras que las mujeres la heredan tanto de su padre como de su madre", aseguró.
Pero en la investigación no se cuestionan otros factores que determinan la decisión de una mujer de ser madre o no, entre ellos su pareja, cuestiones económicas, sociales, etc. Todo esto puede afectar sin importar su nivel de IQ. ¿Y que hay de las necesidades y deseos de cada mujer? Su felicidad también debe considerarse cuando se toma una decisión así.
Según un artículo del Pew Research Center, la relación entre los hijos y la felicidad es mucho más complicada de lo que parece. "Ser padre no necesariamente es un boleto a la felicidad", dice el texto. La satisfacción proviene más bien de cómo se vincula la relación de la paternidad, con la vida en pareja, y la felicidad.
En vez de clasificar a las mujeres como inteligentes o no, como lo dice el estudio de Kanazawa, dejemos que cada quien sea libre de tomar sus propias decisiones como le plazca.
Por: MARIANA TINOCO